Es verdad que Francia es una buena oportunidad para vender nuestros productos, sobre todo para los que vivimos y trabajamos cerca.
Ahora bien, aunque parece que están aquí al lado hay bastantes diferencias, ya empezando porque no saben hablar español y no saben (o no quieren) hablar inglés. Así que habrá que hablar francés, no sólo a nivel comercial sino también tener el material de promoción y técnico también en francés (que nos va a valer también si queremos vender en el Magreb, que por si alguien no lo sabe es Túnez, Marruecos y Argelia).

Luego esta lo de pagar con cheque. Para nosotros casi es un papel en extinción pues ellos lo utilizan hasta para comprar el pan. Y te van a pagar a 60 días. Suelen ser puntuales, pero a veces también se alargan…
En Francia, también llamada Hexágono (por su forma geométrica), como en tooooodos los sitios, hay gente puñetera. Es verdad. Son un poco meticulosos por lo que es muy importante dejar las cosas claritas, y aplicar el popular dicho que no sólo hace falta ser bueno sino también parecerlo. El servicio es fundamental.
Tener en cuenta que tienen prácticamente de todo. No les hacemos falta. Tendremos que ofrecerles algo de muy buena calidad y de buen precio, con un extraordinario servicio (en francés, bien-sûr).
También son bastante nacionalistas por lo que siempre van a ofrecer un producto francés, junto con uno chino y otro italiano o español. Ahora bien, puede ser que a nuestro producto lo etiqueten como «Fabriqué en France”…
En definitiva, cuando oigo a una empresa de mi tierra por ejemplo decir que es más fácil vender en Pau que en Cadiz, no puedo dejar de mostrar una respetuosa sonrisa de desaprobación…