Es habitual todavía escuchar que para exportar hace falta tener un precio competitivo. Lo cual resulta algo recurrente pero no del todo válido en mi opinión, porque lo que se debe ofrecer es un producto “atractivo”. Entendido este por un gran número de variables (precio, reputación, servicio, marca, posventa, etc).
No diré yo que el precio no sea importante pero lo más importante es la percepción de ese precio. Si vamos a exportar a un mercado utilizando con buena documentación comercial (correctamente traducida!), con inversión en promoción de Marca, con un buen servicio logístico o con un buen apoyo comercial a nuestros clientes, está claro que el precio no será tan relevante.
Es más, me sorprende que se hagan todavía este tipo de redundantes afirmaciones cuando tenemos infinidad de competidores, principalmente de Asia, que siempre van a ser capaces de fabricar más barato, al mismo tiempo que me inquieta la poca capacidad de aportación nuevas opciones de innovación en la promoción internacional de nuestras empresas.
Al fin y al cabo, las acciones que van a fortalecer la percepción de nuestro precio ya lo aplican muchas empresas en el propio mercado español.
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